1 Juan 5:21: "Hijitos guárdense de los idolos".
1 Corintios 10:14: "Por lo cual, amados míos
huyan de la idolatría".
2 Tesalonicenses 2:4: "El está puesto en oposición y se alza a sí mismo sobre todo aquel a quien se llama "dios" o todo objeto de reverencia, de modo que se sienta en el templo (O: "la habitación morada divina) del Dios (verdadero), y públicamente ostenta ser un dios...."
"Por otro lado, hay una clase de orgullo que puede arruinar nuestra relación con los demás y nuestra amistad con Dios. Un orgullo que podría llevarnos a rechazar buenos consejos cuando más los necesitamos (Sal. 141:5). Un diccionario lo define como "el exceso de autoestima" o "la actitud del que piensa -a menudo sin razón- que es mejor que los demás". Jehová odia esa clase de orgullo
(Ezeq. 33:28, Amos 6:8). En cambio, el Diablo debe de sentirse encantado cuando ve que los seres humanos arrogantes y altaneros, como él. ¿Se imagina la alegría que le produjeron Nemrod, el faraón de Egipto y Absalón? (Gen. 10:8,9; Ex. 5:1,2; 2 Sam. 15:4-6). Y que decir del orgulloso Caín. Aunque recibió un consejo del mismísimo Jehová, lo rechazó de plano y su terquedad lo llevó directo al desastre (Gén. 4:6-8)
LA ATALAYA (EDICION DE ESTUDIO) MAYO 2015
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